El éxito y el fracaso de una estrategia rentable y macabra.

Sobre mi, el autor.

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He decidido contar un poco sobre mí a raíz de los comentarios. Conozco muy bien la empresa porque trabajé 9 años. Empecé a los 20, en el interior, de donde soy. Al principio, yo fui uno más de los que creyó todo lo que le decían.

Los regalos, los viajes, la "buena onda" hace que uno se sienta en un viaje de egresados al principio. Empecé como vendedor y nunca trabajé 4 horas solamente porque si no los objetivos hubieran sido inalcanzables. Trabajé doce horas durante un año entero, incluso sábado y domingo. Jamás me pagaron horas extras, pero no me importaba, era mi primer trabajo, cobraba bien y no tenía conciencia.

A los dos años me hice formador y a los tres encargado (a la vez que seguí siendo formador).

En el interior del país la empresa es una cosa. Porque la gente, tanto los empleados como los clientes, son más dóciles. Y esto lo digo como alguien del interior. Además, la gente acepta la tarjeta.

Cuando TARJETA NARANJA inicia su desembarco en GBA, yo fui uno de los elegidos para iniciar la travesía. Yo había podido estudiar Marketing (un gran esfuerzo personal que nunca en la empresa apoyaron) y me venía bien ir a GBA para hacer el postgrado en la UP, donde había sido becado.

En GBA abrí los ojos: allí vi todos los errores de la empresa. Vi por primera vez que antes estaba enceguecido por los "regalitos".

La vida de un empleado de TARJETA NARANJA gira pura y exclusivamente dentro de la empresa. Es casi imposible tener una vida normal. Hay tantos casamientos dentro de la empresa por este motivo: uno vive allí.

¿Meritocracia? No existe. Sólo existe el dinero. Yo mismo debí despedir a 18 empleados en el 2008 (cuando se desata la crisis) que recién habían ingresado y a los que yo mismo les prometí que si hacían méritos, podían obtener lo que quisieran. Les mentí sin saber que lo hacía, porque yo también creí que era así.

Fue mentira. La empresa me obligó a despedirlos.

Fue decidido en una reunión a la que asistimos todos los encargados de la zona en sus respectivos taxis (con cuenta corriente), con catering, en un salón para eventos que costó 45 mil pesos. Allí, en una reunión de lujo, donde la sola reunión había salido un dineral, recibimos la directiva (todos los encargados de la zona) que había que achicar gastos. Y los "gastos" eran los empleados y especialmente los vendedores.

Mencioné que me parecía un chiste que en un momento donde se quiere achicar gastos se hiciera semejante evento para los gerentes. Ese día volví llorando a mi casa.

Despedí a los empleados una semana después con lágrimas en mis ojos. Hoy muchos de ellos son amigos míos y trabajan ahora en mi empresa personal de publicidad.

Sé todo de la empresa. Todo. Trabajé allí mucho tiempo y me relacioné con todas las áreas. Conozco mucha gente que sigue adentro y me pasa información.

Los sueldos son muy buenos. A cambio de eso, uno pierde su vida personal.

Los que no están dentro de GBA esto no lo saben, los que no ven lo que pasan los vendedores tampoco.

Puedo nombrar con nombre y apellido, con número de legajo a gente toda GBA y de Córdoba.

Y como una persona de Marketing se perfectamente en qué se equivocaron en el desembarco, y cómo hicieron caso omiso a todas las señales, culparon a los empleados e ignoraron los consejos.

Yo renuncié cuando me harté. Ahora trabajo en otra empresa y además tengo la mía propia con 48 empleados.

TARJETA NARANJA no es el peor lugar para trabajar. No digo eso. Digo que ni por asomo es de los mejores. Ni por asomo. Y todos los "Valores" que dicen tener, son sólo publicidad.